miércoles, 18 de marzo de 2009

partida doble
El sistema de contabilidad por partida doble es la base del sistema estándar usado por negocios y otras organizaciones para llevar la cuenta de las transacciones financieras. Su premisa es que las condiciones financieras y los resultados de las operaciones de un negocio (u otra organización) se representan cabalmente por variables, llamadas cuentas, cada una de las cuales refleja un aspecto particular del negocio como valor monetario.
Cada transacción se registra por entradas en al menos dos cuentas. El total de los valores de
débito deben ser iguales al valor total de los valores de crédito. La premisa para esto es que cualquier transacción monetaria debe afectar lógicamente a dos aspectos de una compañía. Por ejemplo, si se compra un elemento (Inventario de Débito), también debe ser pagado (Cuenta de Banco de Crédito). De la misma forma, si se vende un elemento (Inventario de Crédito), entonces también se le debe pagar por él a la compañía (Cuenta de Banco de Crédito). La mayoría de las transacciones consisten en dos entradas, pero pueden tener tres o más entradas (ej.: Total de Facturas de Suministro = Valor Neto + Impuestos). Este sistema se llama de doble partida porque todas las transacciones deben estar "equilibradas" - los lados de débito y crédito deben equivaler el mismo monto

¿Qué es la Contabilidad?
De acuerdo con las definiciones y el contenido hallamos demasiados criterios apoyados por unos y criticados por otros.
Para los europeos, especialmente para los italianos y los españoles, no hay duda de que la contabilidad es una ciencia y así la definen y sustentan con muy valederas y poderosas razones. En cambio, para los tratadistas de la escuela sajona no pasa de ser una técnica y ahora me toca a mí zambullirme en ese problema donde nadie parece ponerse de acuerdo con lo que hace, o quiere hacer o decir.
En la Argentina fueron varios los intentos hechos para pronunciarse sobre este tema y hasta se llegó a hacer un seminario al que se invitó a un filósofo para que emitiera su opinión. En mi caso, cuando terminó la exposición del orador creo que mi confusión fue mayor que antes de entrar. Por lo tanto, no sería de extrañar que tampoco pudiera aclarar mucho esta situación tan controvertida de la contabilidad, a pesar de que el mencionado filósofo negó el carácter científico sin llegar a ser claro en sus fundamentos ni exponer con la precisión que hubiera sido adecuada para saber cuando hay ciencia o no; para no volver por las ramas sin decir que es una ciencia, qué abarca una ciencia o definir la ciencia misma.